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Puebla cocina talento con su Lic. en Gastronomía

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    Universidades de Puebla
  • hace 5 horas
  • 3 Min. de lectura

Puebla es uno de los epicentros gastronómicos formativos más grandes del México


Puebla, Ciudad Universitaria de México. Puebla no solo es capital universitaria, es uno de los epicentros gastronómicos formativos más grandes del país. Lejos de responder a una moda pasajera, la oferta académica en Gastronomía y áreas afines ha construido en la entidad un ecosistema robusto, diverso y altamente competitivo, capaz de concentrar a más de 6,000 estudiantes activos durante el ciclo 2024–2025.


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El dato no es menor. Habla de que Puebla es una ciudad que no solo enseña a cocinar, sino que forma chefs, gestores, ingenieros y operadores de una industria alimentaria en expansión, con impacto directo en turismo, servicios, economía local y proyección nacional.


Matrícula de Gastronomía en Puebla: Un mercado grande, pero no centralizado


A diferencia de otros campos educativos donde una sola institución concentra la mayoría de la matrícula, el sistema gastronómico poblano se caracteriza por una fragmentación funcional. En total, 30 instituciones participan en la formación de estudiantes, con tamaños, modelos y enfoques distintos.


Cinco universidades concentran poco más del 62% de la matrícula, encabezadas por la Universidad Tecnológica de Puebla (UTP), que con 999 estudiantes se posiciona como el mayor formador del estado. Le siguen la BUAP, con 949 alumnos entre Gastronomía e Ingeniería en Alimentos; el Instituto de Estudios Universitarios (IEU), el ISU Instituto Suizo y la Universidad del Valle de México (UVM).


El resto del mercado se distribuye entre instituciones de tamaño medio, marcas grandes y escuelas de nicho, generando un equilibrio poco común: hay liderazgo, pero no hegemonía.


La UTP y el giro del modelo público


Uno de los datos más reveladores del ciclo es el papel de la Universidad Tecnológica de Puebla. Su matrícula no solo supera a cualquier universidad privada, sino incluso a la BUAP. Esto confirma una tendencia clara: el modelo tecnológico, práctico y orientado al empleo se ha convertido en uno de los principales imanes de la demanda estudiantil.


La gastronomía dejó de ser vista únicamente como una carrera creativa y pasó a entenderse como una profesión técnica con rápida inserción laboral, un terreno donde las universidades tecnológicas han sabido posicionarse con eficacia.


Lic. en Gastronomía en Puebla

La BUAP: liderazgo académico en un sistema que ya no gira en torno a uno solo


La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla mantiene una presencia sólida, cercana al 17% del total del mercado, con una oferta que combina Gastronomía e Ingeniería en Alimentos. Su peso simbólico y académico sigue siendo clave, pero el comportamiento del sistema muestra que el crecimiento ya no depende exclusivamente de la universidad pública tradicional.


Hoy, la BUAP es parte del engranaje, no el eje único.


El sistema privado: el verdadero motor del ecosistema


Con aproximadamente dos de cada tres estudiantes, el sistema privado es el que sostiene el volumen total del mercado. Pero lejos de operar como un bloque uniforme, se divide en tres comportamientos claros.


Por un lado, están las universidades de alta absorción, como IEU, ISU y UVM, que captan grandes volúmenes de estudiantes mediante modelos flexibles, campañas agresivas y estructuras consolidadas. En un segundo nivel aparecen instituciones de estabilidad, UVP, UDES, UDAL, ISIMA, UPAEP, ICUM, que mantienen matrículas constantes, funcionando como el colchón que da continuidad al sistema.


Finalmente, existe un tercer grupo de escuelas boutique y de nicho, que apuestan por especialización, identidad culinaria y formación personalizada. No buscan volumen: buscan perfil.


Gastronomía domina, la ingeniería acompaña


El 97% de la matrícula corresponde a licenciaturas en Gastronomía. La Ingeniería en Alimentos representa apenas un 2.8%, concentrada principalmente en la BUAP.


Lejos de ser una debilidad, este contraste revela una vocación clara: Puebla forma cocineros, pero también cubre la cadena completa, desde la cocina hasta la industria alimentaria, aunque con un enfoque marcadamente práctico.


Un ecosistema maduro que se redistribuye, no se debilita


El comportamiento general del mercado muestra que cuando una institución crece menos, otra absorbe la demanda. No hay colapsos, sino redistribución. No hay concentración extrema, sino competencia permanente. Esto es característico de los sistemas educativos maduros, no de mercados improvisados.


Puebla no depende de una universidad ni de un solo modelo. Depende de su capacidad para ofrecer opciones, adaptarse a perfiles diversos y responder a una industria que exige talento constantemente.


Con más de 6,000 estudiantes, 30 instituciones y una oferta que combina volumen, especialización y técnica, Puebla se ha consolidado como uno de los polos gastronómicos formativos más importantes de México.


Aquí, la gastronomía no es solo tradición ni turismo: es educación, empleo y estrategia económica. Un sistema que no solo alimenta paladares, sino que cocina futuro.

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