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Mejores Universidades de Puebla

Un debate necesario definir "Mejor" al hablar de las Universidades.


Comunicólogo, periodista y docente. Director del medio digital Universidades de Puebla y del Ranking de las Universidades de Puebla. Ha colaborado en medios de comunicación en diversas producciones e investigaciones, además de ser parte de la Comunidad Educativa de Puebla por más de 15 años.



Hablar de las "mejores" Universidades de Puebla se ha convertido en los últimos años en un desafío complejo, debido a las diferentes realidades que representan las instituciones académicas que existen en la región, cada una con sus propias filosofías, fortalezas, debilidades y áreas de especialización.



Al adentrarnos en este debate, nos enfrentamos a la inevitable pregunta: ¿Cómo definimos lo que hace que una universidad sea "mejor" opción que otra? ¿Es acaso la calidad de su infraestructura y recursos, la excelencia académica de sus programas, la reputación de sus egresados en el mercado laboral, o quizás una combinación de estos y otros factores? La respuesta a esta interrogante es tan diversa como lo son las propias instituciones universitarias.


Sin embargo, más allá de las discrepancias que tengamos a la definición de "mejor", existe un punto en el que coincidimos todos, seamos periodistas, docentes, investigadores o miembros de la comunidad académica: la importancia fundamental de un trato digno hacia los docentes como piedra angular de la calidad educativa.


Es innegable que los docentes son el corazón de cualquier institución educativa. Son quienes guían, inspiran y desafían a los estudiantes a alcanzar su máximo potencial académico y personal. Sin embargo, lamentablemente, en ocasiones sus condiciones laborales y el reconocimiento de su trabajo, no están a la altura de la función que desempeñan.


Al hablar de las mejores Universidades de Puebla, no podemos limitarnos a evaluar solo sus instalaciones o la reputación de sus programas, debemos mirar más allá, hacia el trato a quienes hacen posible la educación superior: los docentes. Sólo así podremos tener una visión más completa y justa del panorama universitario de la región, y avanzar hacia la construcción de un sistema educativo que verdaderamente promueva la excelencia y el bienestar de todos los que lo integran.


Ahora, también es importante destacar que, si bien la excelencia académica es un factor crucial, la verdadera distinción entre una simple entidad educativa y una institución transformadora radica en su compromiso con la responsabilidad social.


¿Qué implica este compromiso? En pocas palabras, significa reconocer que una universidad no es simplemente un negocio que ofrece servicios educativos a cambio de matrículas, sino una entidad que tiene una deuda moral y ética con su entorno. Esta deuda se tiene que traducir en acciones concretas orientadas a mejorar la calidad de vida de la comunidad, fomentar el desarrollo sostenible, promover la equidad y la inclusión, y contribuir al bienestar general.


Una de las principales manifestaciones de esta responsabilidad social es la relación colaborativa que las universidades deben establecer con la sociedad civil, el sector empresarial, los medios de comunicación, las instituciones gubernamentales y otras organizaciones locales. Esta interacción bidireccional no solo enriquece el entorno académico, sino que también permite que las universidades sean un agente de cambio positivo y un motor de desarrollo en la región.

 

Es importante destacar que esta responsabilidad social no quede como un ideal, sino que sea una realidad palpable en el contexto poblano, ya que las Universidades de Puebla gozan de un alto porcentaje de percepción de confianza por parte de la sociedad, lo que implica, a su vez, una mayor expectativa y exigencia en cuanto a su contribución al desarrollo social, económico y cultural de Puebla y sus habitantes.

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